Se acaba el mes de junio.
«Tengo trastorno bipolar» echó a andar el 11 de abril. Tiene poco más de dos meses y medio de vida. Parece que ha pasado un siglo… Una vida muy intensa, conociendo a muchas personas, viendo muchas caras nuevas, haciendo bastantes presentaciones y charlas y coloquios y mesas redondas (alguien me explicará algún día las diferencias, espero)…
Acompañándolo, hemos recorrido bastantes kilómetros. Hemos tenido la oportunidad de aprender un montón de cosas sobre medios de comunicación, sobre asociaciones, sobre las personas que están detrás y a veces delante, sobre libreros, editoriales, ventas, compras.
He aprendido mucho sobre mí mismo, también. A pesar de mi carácter, o gracias a él, he conseguido no levantar el pie y llegar a todos los compromisos.
He acabado cansado. Satisfecho. Pero no vacío. Con ganas de retomar el trajín cuando pase el verano. Asumiendo que tengo que recargar las pilas, atender a mi nueva familia y procurar por ellos. Que en definitiva es procurar por mí.
Supongo que es el momento de desinflarme. De dejar de mirar la agenda y descansar como si hubiera terminado con la primera etapa del proyecto. Quizás sea también una buena oportunidad para reforzar las defensas: porque voy a escuchar comentarios, se me va a acercar gente y puede que no todo lo que oiga sea agradable.
Así las cosas, me quedo con las personas que se han acercado y me han contado, que han escrito en el blog (a ver si alguien me explica las diferencias entre este blog y una página web), que han acudido a las charlas, que han participado, que se han desnudado, que han aportado su experiencia y que me han enseñado que luchar por esto vale la pena.
Va por ellos y por sus ganas de vivir.
Dicen que tengo trastorno bipolar 
Me alegra mucho ver que todo el trabajo y el trajín, te han llenado y no te han pasado factura. Cuando empezaste en Abril, estoy casi segura que no imaginaste que este libro te iba a acarrear tantos compromisos, tanto trabajo, tantas citas y tantas satisfacciones. Corrígeme pero creo que aún no te ha dado ningún mal sabor de boca. Como tú bien dices, toca descansar y sobre todo dedicarle más tiempo a esa maravillosa familia. Espero que también haya un hueco en tu agenda para esta humilde servidora.
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Sergio, ¿no te sucede que oímos la palabra valor y algo te recorre el cuerpo?
El valor marca tu ritmo cardíaco. O vales, o no vales. Ya seas tú, tu empresa, tu vida…. Vivimos en una economía del valor, y lo que ayer valía mucho hoy puede no valer nada si las reglas del juego han cambiado.
Buscas valor, das valor, adquieres valor, entregas valor. Todo se mide y cuantifica en la economía del valor. Pero, ¿cuál es el valor de lo intangible, de los valores?
No peques de iluso: no cuantifiques ese valor. Los valores no son cuantificables. ¿O sí? ¿Cuál es el valor de la transparencia, de la honestidad, de la integridad, de ti como persona?
¡Tu propia persona -los valores humanos que transmites- es un valor en sí mismo! No debemos descapitalizarnos por entregar más valor a toda costa, aunque eso suponga vaciarte por dentro, destruir todo el valor que llevas en tu interior.
¡Tú eres el valor! ¡Valor en ti mismo!
Te lo aconsejo por experiencia.
He dicho
Gato
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Las reflexiones de Gato siempre me llevan a comerme un rato la cabeza.
La crítica a esta sociedad, que prima lo material ante todo lo demás, es muy acertada. Así lo veo yo también. De esta manera, la sociedad nos educa, nos lleva, nos trae, nos etiqueta y nos deshecha si estima que no somos productivos/válidos/eficaces.
También a mí me gustaría ser capaz de confiar en mis fortalezas pese a quien pese. Supongo que me faltan experiencias vitales, me sobra orgullo o me falta quererme mejor.
Gato, tus consejos no caen en saco roto. Ya volverán las oportunidades para demostrarme a mí mismo que no necesito sus baremos alienantes para creer en mi validez.
Gracias.
He dicho
Sergio
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bueno que casualidad,iba adejar este comentario y te he leído Gato,habla del Valor.De mi primer ingreso,me lleve ha casa este escrito y yo creo que es valido.Dios concédeme SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar,,,,,VALOR para cambiar aquello que puedo,,,,,SABIDURIA para reconocer la diferencia.No es que valgas o no valgas,lo de buscar el valor vale,pero el que se tiene que valorar es uno mismo .Si eres valorado en el trabajo claro eso si te hace sentir VALIDO,pero las circustancias a veces cambian y hay que aceptarlas.QUIERETE un beso
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Hola, hoy he empezado a leer tu libro, llevo 2 capítulos, aún no empiezo con lo gordo. Me parece interesante que a traves de tu libro te enfrentes a tí mismo. Mucha suerte. Y seguro ya te dejaré un comment cuando lo termine.
María
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