Perdones, lágrimas y regateos a preguntas. Diario de Navarra en su Edición para Tierra Estella.

23 May
Sonrisas en la Presentación

Sonrisas en la Presentación

EDICIÓN ESTELLA. DIARIO DE NAVARRA. 14 DE MAYO DE 2013

Con qué ganas voy a las presentaciones…

Pero qué errores cometo. Es momento de intentar enmendar algunos, a destiempo y a contraluz. Es momento de pedir disculpas. Saludable ejercicio donde los haya.

Me pasé con las palabras de mal gusto por repetitivo. Fui demasiado coloquial. Pido perdón si herí sensibilidades. Menos mal que no lo grabamos…

Sin que sirva de disculpa, y esperando que todos entendáis que no soy un conferenciante de profesión, estaba bastante afectado por la pérdida de la madre de un amigo. De un tío genial. Me había enterado dos horas antes. No fui capaz de hacerlo mejor.

Julen, es injusto. Inatxi, cuídamelo mucho, por favor. Estabais en nuestros pensamientos. Estabais en primera fila. Como siempre.

En cuanto a mis escaqueos con algunas preguntas, qué puedo decir. Se creó un clima cercano, propicio a muchos debates de los que sólo pudimos esbozar planteamientos. A mí siempre me apremia el tiempo. Disfruto mucho.

¿Recuerdo con precisión los detalles de los momentos de más subidón? Está comprobado que no. Hablamos de las amnesias como mecanismos de protección. Amnesia lacunar, amnesia disociativa, el inconsciente, la hipnosis, las amnesias provocadas por medicamentos que no voy a nombrar…
En mi caso particular, y a pesar de los esfuerzos que he hecho para recomponer situaciones rotas, no siempre he conseguido, tras haber pasado un estado maníaco, recomponer todas las piezas del rompecabezas. O puzle.

«Al tiempo, intentabas recordar con él lo sucedido y te miraba como las vacas al tren…» Pues sí. Esto pasaba. Y me jode mucho porque no me ayuda a aprender de los errores cometidos. Gracias por venir y aportar, Unai.

Hubo una pregunta que no me la puedo quitar de la cabeza: «¿Qué le dirías a alguien que no asume su estado?». Devolví la pregunta a la chica. Ella me respondió que paciencia. Luego, yo solté una gracia de las mías sobre la paciencia y lo mal que funciona su distribución comercial. Contesté con un mensaje que quería lanzar: «Hay que cuidar a los cuidadores». El cuidador se debe cuidar para cuando le toque ser útil. La paciencia se la tiene que procurar él. Personalmente, en esas situaciones, yo no escuchaba consejos de nadie. De nadie.
La parte buena de este marrón que es el trastorno bipolar reside en que las crisis pasan. Impepinable. Y, entonces, eres mucho más receptivo a consejos. Un consejo, en sí mismo, no es más eficaz que una invitación a la reflexión. (No es sólo una cuestión de forma: yo me pongo muy tiquismiquis con estas cosas y si me dieran diez euros por consejo recibido en mi vida, el libro tendría tapas duras y estaría prologado por Eduardo Mendoza).
Si la persona que puede hacer esa invitación a la reflexión ha llegado fundida al final de la crisis, si ha permitido que la persona que padece trastorno bipolar le queme, no va a tener ninguna gana de hacer esa labor. Que, para mí –todo esto son opiniones mías, cuidado, lo mismo que las del libro: no soy psiquiatra ni psicólogo- es la mejor terapia. En ese preciso momento. Ante esa persona que levanta de nuevo el vuelo con ganas de hacerlo mejor.

Soy yo el que tengo que cuidar a mis cuidadores. Más. Mejor. Esa frase no la acabé porque estaba a punto de deshacerme en lágrimas, mocos y sollozos, y la chica de la segunda fila ya andaba justa de pañuelos de papel como para dejarme a mí. Vaya pareja hubiéramos formado.
Las personas que han cuidado y cuidan de mí sí saben dónde encontrar la paciencia y el amor. Los hechos les avalan. Pero los puñeteros de ellos no me dan el secreto.

Somos nosotros, los que tenemos este diagnóstico, los que tenemos que ser conscientes de que, si quemamos todas las naves en una crisis, cuando tengamos que navegar con el mal en calma, nos habremos cargado nuestra armada invencible. Y seremos unos capullos. Porque no habremos sido listos. Porque habremos hecho mucho daño a los que están más dispuestos a querernos. Y ayudarnos. Y aguantarnos. Y…

Me faltaba fuerza para darle el ímpetu que se merece al mensaje de esperanza. Tenemos que luchar. Pelear. Sabiendo que nos va a tocar volver a caer. Pero sabiendo mejor que nadie que somos capaces de levantarnos una y otra vez, de agarrarnos a nuestras ilusiones, a nuestro entorno, a nuestras ganas de aprender a sufrir menos. Porque vale la pena. Porque esa lucha es parte del éxito. Es nuestro triunfo. El sacrificio es parte de la auténtica victoria.

A mí no me la da ni me la quita nadie. Ni nada.

Si no, ¿cómo iba a estar saboreando la vida de esta manera? ¿Cómo iba a sonreír a estas nubes perennes de nuestro cielo, cada mañana?

Se puede. Se debe.

Jose Ascunce, periodista como la copa de un pino, gracias por estar a mi lado. A nuestro lado. Grande Jose.

8 respuestas to “Perdones, lágrimas y regateos a preguntas. Diario de Navarra en su Edición para Tierra Estella.”

  1. queca 23/05/2013 a 14:11 #

    Vaya derroche de sentimientos. Te mando toda la energía para que sigas cuidando a los tuyos y a la gente que te escucha. Un beso

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    • Sergio Saldaña Soto 23/05/2013 a 14:20 #

      Gracias.
      No sé qué decir. Todo me cala hondo. Algunas cosas me impactan. Otras, algo menos.
      Mañana será otro día. Lo mismo sale el sol y todo… Lo mismo Osasuna le da el color a este fin de semana…
      A otros clavos que ardían más ya conseguí agarrarme.
      Un beso muy grande.

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  2. Rafa 23/05/2013 a 15:17 #

    Despues de leer el libro completo» leo despacio», Te tengo que seguir agradeciendo lo que has hecho. Como padre de 2 nenas te animo a que disfrutes de tu paternidad y en mi caso ( bien sabes que no se puede extrapolar a otra persona) su presencia me cortaba la hiperactividad, aunque luego volvia.
    un saludo

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    • Sergio Saldaña Soto 23/05/2013 a 18:03 #

      Toma ya, Rafa.
      Hiperactividad de propina. Y ahí sigues, al pie del cañón. Pero ya sabes que no eres el único con estos dos trastornos.
      Muchas gracias por el consejo. Pobre hijo mío, con la paz que me da. Es cierto, me calma, me emboba, me abstrae. Me hace reír. Me hace ponerme muy tierno y me tiene que ayudar a ser más responsable.
      Mi propia familia, Lupe, Amets y yo, vamos muy bien. Seguimos alerta.
      Gracias y un saludo.
      Espero que sigas colaborando en el blog. Tu visión es muy válida.

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  3. Nuria 24/05/2013 a 12:42 #

    Sergio, no puedo contigo me tienes con la lagrima a punto de salir.

    No te puedes imaginar lo que significa leerte, ya que me haces reflexionar un montón.

    Cuando en ocasiones (que las hay), una esta de subidón (como yo digo) y me voy a comer el mundo y tengo soluciones para todo y creo que todo el mundo va muy despacio, mi marido esta ahí diciéndome -Nuria tranquila, que si subes mucho más dura será, la caída y todo lo que empieces y dejes a medias te hará sentir peor. Nuria poco a poco, relax- y yo pienso -este lo que quiere es que este como una seta, no quiere que me exprese- Pero me jode tiene razón, pero el esta ahí en las duras y en las maduras, cuando estoy arriba y cuando estoy abajo.
    Es muy duro para los que están cerca verte así, toneladas de paciencia para todos.

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    • Sergio Saldaña Soto 24/05/2013 a 20:42 #

      Si tú tienes la lágrima a punto, no te puedes imaginar hasta dónde caen las mías al leerte.
      No debo añadir nada más.
      Gracias. Gracias por contarnos.

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  4. Ainhoa Zabalza 27/05/2013 a 21:45 #

    Mila esker por tus palabras en todos los sentidos, pero en esta ocasión especialmente mila esker por lo de la ama de julen…
    eres muy grande sergio

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  5. eva 04/07/2013 a 15:25 #

    Te doy la enorabuena,este es el mejor comentario para mis circustancias claro.Bueno con mi experiencia y mi caso particular de como lo he vivido yo.Cuando ya aceptas la enfermedad que pasan años si te notas síntomas preguntas una es ir de compras compulsivamente,pregunte y me dijeron que estaba bien A QUIEN a la familia que son los que mejor te conocen,atropellada con ganas de hacer muchas planes, hiperactiva mucha ansiedad y no ser consciente que el cuerpo y la mente no descansan,con los años te vas conociendo ,madurando,pero el estrés en mi caso es mi punto débil y creo que en los bipolares mas.No nos tenemos que sentir culpables de lo que hemos hecho con subidon, el nivel de serotonina se desconpensa y esto es una enfermedad el que te quiera de verdad lo tiene que comprender,,,, Yo percibi en la charla tu emoción hablando de los cuidadores,bueno es un tema muy personal ya sabes,,,pero se sufre mucho por ellos,y las emociones afloran.Y lo peor de esto es lo que cuesta aceptarlo porque buscas porques y culpas a todos claro,como no estas mal siempre,es muy complicado. Un beso a todos los bipoy seguir escribiendo aunque Sergio haya terminado sus presentaciones.

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