LO DE MI TRASTORNO BIPOLAR, ¿LO CUENTO O NO LO CUENTO?

16 May

«¿Por qué esperar una señal? ¿Por qué llorar en silencio? O vivir de rodillas, encerrados como ratas. Sólo oyes palabras duras…»
Tomo prestados estos versos de Barricada, de «La silla eléctrica» y me permito usarlos como metáfora, un poco por los pelos, para intentar responder a la pregunta que titula esta entrada.
Mi opción, como podéis ver, es contarlo. Aunque quiero dejar claro que lo hago 19 años después de mi diagnóstico y cuando acabo de cumplir 37.
Contarlo es una opción. Debe ser una elección de cada uno, algo personal. No todos los que tienen hemorroides, perdón, quería decir almorranas, lo van pregonando.
Hay momentos en los que es casi imposible hacerlo. Hay personas que sabes que te van a rechazar en ese mismo momento. Hay profesiones que te lo impiden casi al firmar el contrato.
Opino, a pesar de todo lo anterior, que hablar de ello nos beneficia directamente a los que tenemos por trastorno bipolar. Que ayuda a que se nos entienda. Que sensibiliza, primero a esa persona a la que se lo estás contando -a lo mejor no inmediatamente-, y más tarde a las personas a las que esa persona de lo pueda trasmitir. Que, haciéndolo, allanamos el camino a los que vengan detrás.
Y tú, ¿qué opinas?

3 respuestas to “LO DE MI TRASTORNO BIPOLAR, ¿LO CUENTO O NO LO CUENTO?”

  1. Nuria 16/05/2013 a 12:27 #

    Sergio yo opino igual que tu, yo llevo la friolera de 13 años conviviendo con mi transtorno, pero que hacer? Hasta hace poco no he sido capaz de dar la cara, mas que nada xq la gente que esta alrededor se va dando cuenta, ya que si pasas de ser la alegria de la huerta o la reina de la fiesta a ser un una seta o un mueble

    Me gusta

    • Sergio Saldaña Soto 16/05/2013 a 14:09 #

      ¿Qué hacer?
      Claro, cuando ofrecemos caras tan distintas de nosotros mismos, la gente se va quedando con la copla…
      Pero ¿se queda con la copla verdadera? ¿Se está enterando de qué va el tema? Somos nosotros los responsables de convertir a esa persona en nuestro cómplice, en alguien sensibilizado que nos puede ser muy útil porque nos puede avisar o dar su versión de cuándo nos estamos yendo arriba o abajo.
      Ese cómplice, ese termómetro, nos puede hacer mucho bien, nos puede dar otra visión a la hora de detectar la situación.
      Entonces, la tarea pasa a ser nuestra: poner medidas, ser consecuente, girar el timón y aprender.
      Gracias, Nuria.

      Me gusta

  2. ana 05/06/2013 a 0:32 #

    En mi caso yo tengo en la misma familia y nos lo tenemos callado alucina..Sientes que das pena a la gente,sin ellos saber que te pasa. Te metes en tu caparazon y en tu soledad en mi caso y la autoestima se va a la mierda Tambien hay mucho morbo segun donde vivas,lo bueno que tiene que si te pasan estas emfermedades te das cuenta quien esta realmente contigo.Ami se me han roto ya dos patas como dices tu.Me IMPORTA UN PIMIENTO LA GENTE QUE QUIERE VIVIR LA VIDA DE LOS DEMAS,ESE MORBO VA A PODER CON ELLOS.Si que en ciertas circustancias si que habria que comentarlo pero tienes miedo al despido.En mi caso lo sabe solo mi familia,pero me he sentido muy sola.Los demas intuyen porque saben de tu ingreso pero no tienen ni idea Las emfermedades mentales son un tema TABU. QUE PODEMOS LLEVAR UNA VIDA NORMAL,NO HAY CIEGOS INDEPENDIENTES Y CON HIJOS ESO ES ESPIRITU DE SUPERACION.Aprender de ellos ES COMO YO LO SIENTO No somos ni locos ni debiles

    Me gusta

Deja un comentario