EL ENTORNO. FAMILIA Y AMIGOS. LOS SOPORTES. PURA VIDA.

26 Abr

Tengo trastorno bipolarMe gustaría hablar de las patas del banco que a mí más me han ayudado, y me ayudan, a impedir que el trastorno bipolar se apodere de mí. Las otras serían el trabajo propio y la medicación.

Todos, al nacer, tenemos un padre y una madre. Ellos han estado ahí desde el principio. Voy a obviar las situaciones desestructuradas, si se me permite. Han elegido tener un hijo, lo han hecho conscientemente y en su edad madura, y se les supone responsables.
Cuando a un hijo se le diagnostica trastorno bipolar, las reacciones de los familiares son tan diversas como los sujetos que sufren esta situación. Desde luego, eso no venía en el contrato, ni ponía nada cuando fueron a inscribirlo en el registro civil. Para empeorar las cosas, no hay instrucciones de ningún tipo que te digan cómo hay que actuar. Todo es difícil. Desconocimiento, desconcierto, nervios, enfrentamientos, luchas intestinas, falta de comprensión y apoyo sociales…
En mi caso, se lo puse muy difícil. Al final, suponían la autoridad más cercana contra la que rebelarme. Les hice mucho daño, a pesar de que nunca he dejado de quererles con toda mi alma. Esto es lo más siginifitavo de todo, es el punto al que quería llegar.

No tiene sentido, y no es nada práctico, joder la manta a la persona a la que, cuando pase la crisis, le vas a demandar más protección, cariño y amor. Es una estupidez.

Esto, sentado delante de un ordenador cuando no estoy en una fase maníaca ni en una fase depresiva, está clarísimo. Pero quisiera poder escribir que he mirado por ellos. Que cuando venían mal dadas, como sabía que ellos iban a seguir junto a mí cuando llegara la calma, conseguía evitar hacerles sufrir.
Qué va. Supongo que aquí también he andado al filo de la navaja. No obstante, siguen a mi lado.

En cuanto a los amigos, se pueden encontrar muchos paralelismos. Casi todo el mundo quiere tener amigos. La amistad… Pérez-Reverte, entre otras muchas cosas, afirma que los amigos te eligen a ti, que no eres tú quien los elige a ellos. No es que discrepe, o no del todo, o tal vez sí pero unos ratos más que otros. Lo que yo sí puedo afirmar es que mis amigos me han enseñado que lo importante es mantener esa relación y todo lo que significa. El sufrimiento de los amigos, opino yo sin su permiso, es distinto al de la familia. Hay un factor generacional que pesa mucho a la hora de comprender acciones y comportamientos. Por otro lado, es con ellos con los que me he podido «explayar» más abiertamente, con lo que eso conlleva. Varios de ellos han tenido motivos más que suficientes para apartarse de mí para siempre. Ellos sabrán por qué no lo han hecho. Yo no lo suelo entender.

Porque no tiene sentido, y no es nada práctico, joder la manta a la persona a la que, cuando pase la crisis, le vas a demandar más protección, cariño y amor. Es una estupidez.

Alguno me podría preguntar cómo se hace. Le diría que no lo sé. Le diría que me gustaría responderle que debemos respetar a todo el mundo. Pero que a la familia y a los amigos, además, deberíamos mimarlos como oro en paño. Porque son nuestro oro y son nuestro paño.
¿Cómo hacerlo? Durante unos años de mi vida, lo que hacía era alejarme de ellos cuando no me encontraba bien. Prefería estar con conocidos y desconocidos porque intuía que las consecuencias de mis actos serían menores. No quería escuchar consejos, ni prohibiciones ni censuras. Estaba muy perdido. Aunque si echo la vista atrás me parece comprensible. Hasta justificable durante aquella época.

Para mí, de unos años a esta parte, la clave está en tener a mi entorno cerca. Son los que me ponen las pilas. Los que me motivan para seguir estando alerta para intentar pillar el brote lo antes posible. Claro, así conseguimos que se quede en «amago de crisis» y puedo disfrutar de ellos en un plazo de tiempo mucho menor, evitando ingresos, reclusiones domiciliarias y otras consecuencias de las cagadas que pueda cometer.

Se cierra el círculo. Me cuido no sólo por mí. También por ellos. Ellos no sufren tanto y yo puedo disponer de su amor antes y mejor. Sé que de este modo seguirán estando.

Va por ellos. Hasta la victoria. Siempre.

6 respuestas to “EL ENTORNO. FAMILIA Y AMIGOS. LOS SOPORTES. PURA VIDA.”

  1. ana 03/06/2013 a 15:38 #

    Hola, Sergio.

    Qué bien lo has explicado. Eres un sol. Es como me siento yo.
    No quieres hacer sufrir a los demas, porque notas que te viene el subidón y aun eres consciente, pero cuando llega la fase más aguda ya te han medicado.

    No quieres molestar a nadie. Yo he pasado subidones en casa, pero tiene que ser muy duro para ellos. Tengo dicho que me ingresen, el último no sabían dónde meterme e ingresé y a los días me dejaban salir y entrar sola.

    Los amigos, en mi caso, si estas recluida en casa, no te anima nadie. La medicación te atonta y sólo tienes fuerzas para ir de casa al trabajo y del trabajo a casa y no tienes con quién salir pero le estamos echando un par de ovarios.

    No somos conscientes en fase aguda de lo que hacemos y culpamos y pegamos contra los que más nos quieren, pero yo no me arrepiento les tienen que enseñar a comprenderlo,,,,,

    Es la mierda de emfermedad que nos ha tocado. A mí me ha costado muchísimooooo aceptarla y no poder tener hijos, etc, etc…

    Un beso muy grande porque nos sentimos todos los bipolares muy identificados contigo, pero no sé dónde estáis. Escribid en el blog.

    ÁNIMO. GRACIAS POR TODO SERGIO.

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    • Sergio Saldaña Soto 03/06/2013 a 18:10 #

      Gracias a ti por participar tan activamente.
      Creo recordar que tenemos un café, pero con leche, pendiente. La pelota está en tu tejado…
      Es muy interesante las experiencias que aportas.
      Me parece muy importante que cada uno seamos conscientes de tenemos nuestro carácter y nuestras circunstancias. Y que esto nos diferencia de los demás. Y como seres diferentes que somos, debemos ser tratados de forma personalizada y con tratamientos y terapias personalizados.
      Esto es exigible, qué narices.
      Aupa, Ana. Sigue en la brecha. Pura vida. En el recorrido está la meta.

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      • ana 03/06/2013 a 21:24 #

        gracias por tus animos aunque no lo parezca los necesito.No encuentro tu blog , me pone privacidad..Ya sabes que no habia tocado un ordenador en mi vida.Tampoco quiero ser la pelma del blog,ya estoy buscahdo una ayuda para mi valanza,no quiero volver a desestabilizame.En estosmomentos tengo muchos problemas personales estare encantada de tomar ese cafe CON LECHE contigo.Tu diras como quedamos,que pase un tiempico.Disfruta de tu hijo.Seguire dando guerra.Salir del armario aunque sea en internet por favor. Ojala tendria yo valor para hacer lo que tu has hecho sergio.Hasta la proxima

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      • Sergio Saldaña Soto 04/06/2013 a 8:13 #

        Gracias a ti.
        Yo me tomaré una tila…
        Uno que sabía decía que más valía ser junco que se dobla y no se acaba nunca de romper que hormigón armado.
        Bueno, es una adaptación, no recuerdo exactamente la cita.
        Aupa Ana.
        Disculpas por lo de «Privacidad» que salió ayer. No sé por qué.

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  2. ana 18/07/2013 a 16:19 #

    Hola Sergio:Me parece muy importante esta pagina,cuando tu entorno no te corresponde como tu quisieras,buscas apoyos y tus circustancias no te ayudan,creo que no basta con la medicación, la psicología esta para eso y yo la he tenido que rogar hace tres años,porque aparte de que puedes ir a uno de pago,me parece importantísimo que en el mismo centro vean si se te están acrecentando los problemas como a mi,para enseñarte recursos y vean posibles factores que te pueden desestabilizar mas fácilmente,por eso tiene que ser en según que casos personalizada y a si evitar mas fácilmente la próxima recaida .LO HE CONSEGUIDO PERO ME QUEDA MUCHO QUE TRABAJAR Y TOMARME LAS COSAS CON CALMA,PERO SE PUEDE. Un beso a todos y gracias Sergio por leerme, tu poema es muy profundo y tiene mucho fondo,¿se lo leeras a tu hijo cuando sea mayor no?AIO

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    • Sergio Saldaña Soto 18/07/2013 a 16:46 #

      Hola Ana.
      Claro. La idea es leerle el «If» de Kipling a mi hijo. Pobre Amets… va a tener que aguantar unas cuantas palizas más, a parte de ésta.
      La reflexión sobre que la medicación no es suficiente es acertada, bien lo sabes. Hace falta mucho más. El que se encomiende sólo a los psicofármacos lo tiene muy complicado. Eso es lo que yo opino. Ahora, respeto al que tiene fe ciega en las pastillas. Al igual que respeto al que no quiere tomar ni una.

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